Homosexualizan al Caudillo Emiliano Zapata
¿Quién Sigue: AMLO o Benito Juárez?
“Arte Grotesco”: Humilla a los Revolucionarios Zapatistas
El SOL… Por: Federico Lagarda Ibarra
El Objetivo Regional.- Más allá de la polémica generada, la verdad es que resulta lastimoso y aberrante observar como se denigró al icónico líder de la revolución mexicana, Emiliano Zapata, en una abusiva e irreverente “obra de arte” (expuesta en el Palacio de Bellas Artes) donde se homosexualiza al caudillo del sur, pintándolo desnudo, ajotado, con zapatillas de tacón alto y sombrero rosita…
Aclarando que este reportero no es homofóbico, ni discriminador, mucho menos intolerante, pero lo cierto es que esa interpretación retorcida de Zapata es una “mentada de madre” para el pueblo, prefiriendo quedarme con la imagen histórica del bragado héroe revolucionario, quien al grito de “Tierra y Libertad” tomó las armas a favor del hambriento campesinado…
“Coyuntura cultural” que fue festejada y magnificada por el movimiento LGBT (lésbico-gay), no sin antes haber sido agredidos, estos activistas de género, por “manifestantes campesinos” en las afueras del mismo Palacio de Bellas Artes, donde se exigió quemar el grotesco cuadro del “zapata afeminado”… ¿A poco es aceptable “algo” que promueve la violencia y humilla la lucha de los revolucionarios zapatistas? ¿Si la comunidad gay pide respeto, por cierto, ganado a pulso, entonces, por qué no empiezan por respetar la figura heterosexual, es decir, a los hombres por su masculinidad y a las mujeres con su feminidad?…
¿Qué sigue después de la ocurrencia estúpida del “zapata gay”? ¿A qué héroe patrio le tocará el siguiente “escarnio artístico”? ¿Veremos a un Pedro Infante, a Jorge Negrete, a Benito Juárez o al mismo Andrés Manuel López Obrador, pintados de jotitos? ¿Acaso los heterosexuales ya somos minoría y tendremos que tomar las calles para que se nos reconozcan nuestros derechos, es decir, que nos traten a los hombres como hombres y a las mujeres como mujeres? ¿Se le puede considerar “arte” a una aberración (que ni para “meme” sirve) que además genera violencia? ¿Hasta dónde llega la libertad de expresión?…
Como colofón (final) podemos recalcar que: no somos homofóbicos, ni intolerantes, ni discriminadores, sino todo lo contrario, siendo un privilegio contar con la valiosa amistad de las personas homosexuales que se portan correcta y provechosamente, no como otros babosos que “sólo por escuchar un vals ya se creen personas cultas”… Sin olvidar tampoco que todas las libertades tienen una condición o limitante: “no afectar o dañar a terceros inocentes”…